.

martes, 3 de enero de 2012

I need sex

Lo admitía, hace poco había tenido relaciones sexuales con Kei. Lo admitía, le había fascinado. Las sensaciones que despertó en él fueron realmente deliciosas. Su salvajismo, increíblemente, llevaba a la gloria. Sus caricias lograban, sólo con un roce, despertar a aquel miembro dormido. Sus dedos... Vaya... aquello traviesos dedos manejados por una mente maestra lograban que el corazón salte, que tu espalda se encorve y que tus fuertes gritos, como si de una señal se tratase, aceleraran el movimiento. Sus besos eran delicados, suaves, sus húmedos labios encajaban perfectamente en los suyos. Por Dios, Kei, con sólo una mirada, con sólo una sonrisa podía desencajarte, besos cortos y un roce suave a tu entrada era suficiente para que agradezcas a la vida el haber nacido. Era imposible no gritar, era imposible resistirse a pedir más, el cuerpo que en ese momento poseía Kei, en ese momento, sólo era un aparato, e Inoo... ese perfecto hombre era el motor, el que logra hacer que en sólo segundos tengas millones de razones para agradecer el haber pertenecido a un mundo como este. Los fuertes gemidos y el grite fuerte de su nombre hace que ese Kei contradictorio a su dulce rostro se vuelva una fiera, que el golpeteo fuerte y desesperado de ambos cuerpos logre llevar a la gloria. Que el rostro lleno de placer y satisfacción de Inoo Kei lo haga explotar en aquel cuerpo débil y cansado, en aquel cuerpo envuelto por placer, en aquel cuerpo bendecido por haber sido la presa de ese salvaje hombre.

Crazy

Obviamente no era buena idea, no podíamos hacer eso. En esa clase de situaciones maldecía al destino por haberme dado un novio psicópata. Lo amaba, pero a veces dudaba si él lo hacía, sólo pensaba en su desenfreno, y cómo lograr lo que se proponía. Y aquí va la pregunta del siglo... ¿por qué yo tenía que estar con él cuando aquello ocurría?, o mejor dicho, ¿por qué él lograba convencerme para ayudarlo?

-Es aquí-
Me soltó de la mano, sonrió triunfante al ver que ya estaba logrando lo que se proponía.
-Es mala idea... no puedo...-
Dí dos pasos hacia atrás, quería correr, pero sin duda alguna, Daiki me tomó del brazo.
-Te necesito, debes quedarte-

A veces me preguntaba si era su novio o su mascota. Suspiré resignado, miré hacia al frente.

-Ven-

Concentration!

Asomas tu cabeza hacia mí, me das un beso en la mejilla, te sonrío y vuelvo a escribir. Haces un puchero y empiezas a jugar con mi cabello, enredas tus dedos en mi melena.

-Dai...-
-Mmmm-
-Deja de hacer eso, no puedo concentrarme-

Obedeces solo para morder mi lóbulo derecho, encojo mis hombros, aquel contacto me estremeció.

-Por favor Dai'chan-
-¿Quieres que me detenga?-

Me dices en un susurro para después besar mi cuello, cierro mis ojos, en realidad me agrada lo que haces. Siento tu respiración, cada contacto me provoca una sensación indescriptible.

-Kei, me sorprende la rapidez con la que puedo llamar tu atención-