Menciones: TakaChii, YamaJima, HikaTo, YabuTaro
-Sabes que eso no es cierto-
-No soy tan estúpido Yuto-
Se giró enfurecido con los puños fuertemente presionados, deseaba con todas sus fuerzas desahogar su ira, pero en aquel lugar le era imposible.
-Yo nunca-
-¡Ya cállate! Ya no quiero oirte, quiero... que me dejes en paz-
Se mordió el labio inferior y avanzó a la puerta.
-Espera-
Se acercó a él y lo tomó por el brazo, no tuvo oportunidad siquiera de girarlo al ser su mano arrebatada de un jalón.
-Déjame... solo-
Ambos suspiraron casi al mismo tiempo, Ryosuke, el mayor, salió del lugar lo más rápido que pudo, y Yuto, él sí tuvo que sufrir parado en el mismo lugar por más de una hora, no pudo moverse, atinó sólo a cerrar los ojos y caer al piso.
-.-.-
-Yo... eso no es-
-Ya no quiero hablar de esto... Chinen-
Avanzó hacia la puerta deteniéndose a centímetros de la misma al oir su nombre.
-Yuya, por favor-
-Sólo... déjalo así-
Abrió la puerta, dio sólo un paso para girar mirando tímidamente al piso.
-Hubiera preferido no saberlo a... odiarte-
Terminó de salir del lugar susurrando muy claramente, pero sin dejarse oir por Yuri.
-De verdad creí... que me amabas-
Con brusquedad terminó de limpiarse los rastros de lágrimas de sus mejillas mientras suspiraba.
-Perdón... Yuuyan-
-.-.-
Lo arrinconó a una de las columnas de la habitación y con una de sus manos tomó sus brazos colocándolas sobre su cabeza, dejándolo sin salida.
-¿Qué haces? Suéltame-
Su mirada penetrante parecía tener autoridad, pero en realidad mantenía cierta debilidad.
-¡Hikaru!-
Forcejeó para liberarse, pero el porte y la fuerza, a pesar del delgado cuerpo, eran notoriamente más poderosas.
-¿Por qué haces esto? Suéltame-
-Te quiero a ti-
Sin más, como si aquella frase hubiera sido la llave para terminar la tortura, lo besó, movió sus labios sobre los del menor esperando una respuesta. Sus labios se movían a un sólo ritmo y ningún moviento acompasaba el suyo. Se separó lentamente sin mirar siquiera la expresión de Keito. Soltó sus brazos y retrocedió, su mirada se nubló, quiso hablar, pero un espantoso nudo en la garganta se lo impidió.
-Lo siento Hikaru-
Terminó por cerrar fuertemente sus ojos dejando caer gruesas lágrimas, levantó su cabeza, sonrió a la nada al darse cuenta que el menor ya se había marchado.
-Yo... te amo...-
Calló al piso de rodillas dejando, por fin, liberar su impotencia con un fuerte grito.
-.-.-
-Tengo miedo...-
Lo abrazó con más fuerza al escuchar aquello.
-¿Qué pasa Ryu?-
Negó desesperadamente con la cabeza.
-Siento que ya no es lo mismo-
Kota lo apartó de él mirándolo con tristeza, frunció el ceño mientras decía
-No te entiendo-
Ryutaro soltó un suspiro roto, tomó la mano de Kota y la presionó en su pecho, justo en su corazón, levantó su mirada mientras en un hilo de voz decía
-¿Lo sientes? Ya... ya no late como antes-
Con un incómodo dolor en el pecho y sus ojos arder, el mayor preguntó
-¿Ya no es como antes?-
-No, ya nada es como antes...-
Se alejó de él con un débil ladeo de cabeza.
-¿Qué quieres decir?-
-Sé que lo entiendes Yabu, te quiero, pero ya-
-Si vas a terminar... sólo hazlo...-
-Perdóname-
Levantó su mano para acariciar su mejilla, pero algo en él se lo impidió, empuñó ambas manos volviendo a suspirar.
-Adiós-
-.-.-
-Oie idiota-
Quiso golpearlo, pero su puño dolía demasiado como para siquiera levantarlo.
-Vete-
-Déjame ver-
Retrocedió un paso al verlo acercase.
-No te necesito-
-Quiero ayudarte-
Rio al oirlo.
-¿Te lo pedí?-
Se acercó rápidamente a él y tomó su mano, indudablemente hubo forcejeo, pero algo demasiado desatinado por parte del mayor hizo que Daiki quedara privado de dolor.
-No… tenías que… hacer eso-
Volvió a apartar su mano, pero de inmediato fue regresada a los “cuidados” de Kei.
-¿Quieres otro apretón?-
Se miraron con cierto odio, pero ambos quedaron ciertamente “sumisos”. Kei suspiró al ver lo hinchada de aquella extremidad y lo morada que quedó a tan sólo segundos del golpe.
-Siéntate-
Le dijo mientras él se alejaba e iba a un pequeño armario cerca de su cama, tomó una venda y un pomo pequeño y blanco con letras poco legibles. Volvió a acercarse a él, tomó asiento, y sin más, con algo de brusquedad, sentó al menor con un jalón de su brazo. Tomó su mano, abrió la pequeña botellita y untó sus dedos con el espeso gel, esparció el mismo en la rojiza piel de Daiki mientras soplaba ligeramente.
-No tienes que hacer esto-
Aunque se mantenía quieto con cierto miedo a otro merecido apretón, su rostro reflejaba molestia, inquietud y… debilidad.
-Yo lo causé, debo arreglarlo-
Sacó la venda y la estiró, lentamente levantó la mano de Daiki mientras envolvía la suave tela blanca alrededor.
-Pude hacerlo solo-
-¿En serio? ¿Y cómo lo hubieras hecho? No eres zurdo como para usar la otra mano, tus ojos son muy pequeños para ver siquiera el lugar de la herida, nunca aprendiste lo que es el alcohol y-
-No soy tan torpre Inoo-
El mayor sonrió mientras colocaba los broches al final de la venda, giró su rostro y con mirada fija y profunda dijo
-Lo sé-
Le dedicó una enorme sonrisa, dejó su mano en las piernas del menor y se puso de pie, caminó hacia la pequeña mesita de su habitación y sacó un arrugado pedazo de papel, volvió a caminar hacia Daiki y con un estirón de sus brazos, se lo entregó.
-¿Qué es esto?-
-Ábrelo-
Como pudo, con algo de curiosidad, terminó por desdoblar el papel, sintió el leve acercamiento del rostro de Kei al suyo, pero quedó tan sumergido en aquel papel que no le dio importancia.
-¿Arioka Daiki?-
Terminó de leer la carta con este nombre, su nombre. Fijó su mirada en la de Kei, a centímetros del suyo, una rara ardencia en la garganta lo hizo darse cuenta que estaba a punto de llorar.
-Era para ti-
-¿Era?-
-Sí, era-
-No entiendo-
-Supongo que no debo dártela-
-¿Por qué?-
-Por que según tú…-lo tomó del mentón suavemente- estoy con Kota… debería dársela a él, ¿no crees?-
-Entonces dásela-
Giró su cabeza con un puchero algo evidente, estiró su mano devolviéndole la carta, pero esta no fue aceptada. Kei tomó la mano del menor y con sutileza la cerró, junto con la carta.
-Es tuya si la quieres, puedo hacerle otra a Kota-
Daiki había sólo girado para gritarle cuando sintió y admiró la bella y cálida sensación de los labios de Kei en los suyos. Viroleó por un instante, hizo cierta presión en su labio inferior cerrando lenta y completamente sus ojos. Por un instante se detuvieron, creyendo que tal vez les faltaba el aire aunque recién hubieran comenzado. Kei acarició la mejilla de Daiki y susurró
-No me gusta Yabu, ni siquiera sé porque crees que estoy con él, sólo eres tú el que inspira que escriba tan cursi-
-¿Cómo puedes ser tan tonto?-
-Deberías preguntar cómo es que tú me hiciste tan idiota-
-¿No te gusta Yabu?-
-No-
-¿Seguro?-
-Sólo es mi amigo-
-¿Y por qué estás siempre con él?-
-Debe parecerse a la razón por la que tú estás siempre con Yuri-
-Yo no-
-Ya cállate-
Sin más, tomó su mentón y volvió a besarlo.
FIN *-*
Y estas son las razones por las cuales el InooDai sigue vivo (?) Amo a todas las parejas, pero muero por Kei y Daiki... perdón si este fic daña a alguien -3-
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miércoles, 9 de noviembre de 2011
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3 comentarios:
:'D
adsadsfsfd tu blog es raro o-o? o la compu no lo cargo bien bueno no lo se pero me gusto amtaste a todos menos al inoodai adafsffd me encantooo!!
sigue asi isaaa
Te entiendo, el inoodai no se puede separar
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